martes, 31 de mayo de 2016

Mano a mano (III)


Hay que echar una mano en todo empeño 
como se echan monedas en el pozo 
que empapa con su sombra los deseos. 
Un empeño (que no un triste proyecto) 
nunca sabe qué quiere, ni qué dan 
de sí sus aguas súbitas, sin rédito.

lunes, 30 de mayo de 2016

Mano a mano (II)


Llevarnos de la mano es otra forma de volar. 
Quizá Orfeo llevaba la sombría 
de Eurídice en la suya. Quizá el tacto 
volviéndose tangible en el umbral 
le hizo mirar atrás (como si coges 
la mano de tu niño o de tu amor 
y la sientes helada, como un ancla 
que no puedes dejar abandonada, 
y vuelves hacia tu ella tu calor, 
el saldo corporal de tu esperanza).

domingo, 29 de mayo de 2016

Mano a mano (I)


Una pareja es algo más que un par
—o tal vez algo menos. Una mano
no puede acariciar su soledad
ni pueden dos, si son del mismo cuerpo,
ir a estrecharse o mantener un pulso.

sábado, 28 de mayo de 2016

Mas, que nada


¿Es mejor el poema que te doy
que el que no llego a hacer? ¡Menos es nada!,
decimos, pero no hay mansión más amplia
que ese blanco que envuelve las palabras
—y acaso sea eso de morir
la forma de mudarse a esa morada
desde donde decir es decidir
en qué letra aflorar: cosa de nada.


viernes, 27 de mayo de 2016

En boca de lobos



No está viva la herida si no duele
ni es tu nombre tu nombre si no sientes
cómo te llama desde cada esquina,
tu ser en otros labios que te copian
como el agua acostumbra con la luna.
¡Tú en labios de cualquiera! Qué derroche
ese beso implacable que hace suyas
tus gracias. No es extraño que los dioses
guardaran en secreto sus vocales
—y que el amante invente ese otro nombre
para guardar en sí lo que tan solo
permites que hasta él llegue. Nadie dice
su nombre ante el espejo sin dudar.
Tal vez ante tu luz también él duda.

miércoles, 25 de mayo de 2016

You're so vain (you thought this little song was about you)






No me atrevo a decírtelo. ¿Qué culpa
tienes tú de que sienta lo que siento?
La luz ciega o nos falta y no culpamos
por ello a las estrellas. Desde lejos
(tan lejos como puedo) te atesoro,
tomando de ti solo lo que dejas
en público usufructo. No eres mía
pero en mí te entrometes, te complicas
sin piedad en mi amor o mis recuerdos,
ocasión de un afecto que asesino,
de un verso que no dice la que eres
pero eres tú también. Descanse en orden,
meciéndose en los números sin número
que rigen las palabras. Mientras tanto,
un día de los días tú las lees
y dudas si eres tú. Tal vez lo creas