sábado, 21 de enero de 2012

Doce y una


El tiempo pone a cada uno en su sitio. —Por un tiempo. Y rara vez a tiempo.

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Siendo uno un ignorante, la de cosas que sabe que ya no sabe nadie, de cuando aún leía libros. Toda una Atlántida en descomposición.

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Ayer leí con asombro que el Boccaccio maduro se hizo cristiano de verdad y quiso quemar el Decamerón. Lo disuadió ¡Petrarca!

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No te puede atender. Está dormida. Se ha mudado a un país donde no existes.

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—La realidad supera a la ficción. —Y tanto. Sobreactúa.

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La memoria: ese mar donde cada mañana amanecen distintas islas.

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Me hubiera encantado leer la mente de mi dentista cuando le he dicho que llevo tiempo enjuagándome con un locutorio.

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¡Buenísimo! José Manuel Pedrosa, 'Del parchís a la Montaña Rusa: laberintos, juegos, violencias, iniciaciones.'

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Para un votante del PP, la definición práctica de 'franquismo' es 'una época cuyos aspectos negativos se han exagerado'.

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'Piratería': fenómeno que consiste en que los bienes culturales se han digitalizado y están mejor repartidos gracias a las redes de P2P. Cosa que no soportan las minorías de entendidos que antes tenían acceso exclusivo a todo lo que era difícil de conseguir y/o carísimo

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Mi muela y yo: enemigos íntimos. Vamos a tener que hacer terapia de pareja.

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La estatua de Fabra. Quién fuera pájaro, para ir a comentarla debidamente.

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Doce y una son trece. —Hacen trece. —Pues eso. —No es lo mismo; aunque dé igual.

2 comentarios:

Juan Poz dijo...

"Ese lugar donde no existes", dices del sueño. Pero no es verdad. Es en él donde verdaderamente existimos, casi porque "exit-imos" y no podemos volver de él a la realidad, y existimos con una intensidad que, al lado de esa existencia, palidece no poco la realidad.
He leído con interés el artículo al que remites. Quizás al autor le interesara conocer otro juego cuya existencia omite: la "Filosofía Cortesana", de Alonso de Barros -el autor de los Proverbios morales-, cuyo tablero, al modo de la oca tradicional, tiene casillas como éstas: "Esperanza", "bueyes", "privado", "pozo del olvido", "qué dirán", "falsa aistad", "mudança de ministros", "adulación", "Pensé que", "Diligencia", etc. Se trata de una suerte de compendio de las tribulacines por las que se han de pasar para medrar en la Corte, es decir, que se trata de una edición que haría las delicias de los políticos de hoy, tan cerca siempre, todos ellos, de correr una u otra suerte según soplen los vientos del capricho ajeno o los trombones de su incompetencia.

Al59 dijo...

Concuerdo en lo que dices sobre el sueño. En el fragmento, empero, se trataba de contraponer el mundo de la vigilia (en el que está el tú del poema) con el onírico al que la durmiente escapa, y en el que ese 'tú' no tiene por qué existir (aunque podría).

Acercaré a Pedrosa la referencia, que seguro que le interesa, y mucho. Gracias.