sábado, 22 de octubre de 2011

Vuelo nocturno (danza en re menor)



Ciento Volando - Vuelo nocturno (redux)









(Ha ido creciendo esta orquestina: ahora tiene, por orden de entrada,
harpa, percusión, oboe, 'gamelan' y tuba.)

2 comentarios:

Juan Poz dijo...

Entre medieval y arabizante, me ha complacido el motivo central de la pieza. Más me parecía, sin embargo, banda sonora para vuelo en globo que para vuelo con motor, porque había un sí sé qué de bufido ventoso trazando volutas en la oscuridad... La tonalidad es "mi" tonalidad. Hace tiempo que descubrí que "re menor" es "mi" tonalidad. Supongo que digo una tontería de nesciente musical, pero la ternura fundamental de esta tonalidad la siento muy adentro y me saca a mí muy afuera. Cuando descubrí que el inicio de D.Giovanni y la sinfonía nº1 de Rachmaninov compartían tonalidad, me di cuenta de que toda composición planteada en esa tonalidad habría de gustarme. ¡Sólo me faltaba, para este absurdo razonamiento, el Réquiem de Mozart!
La pregunta, Alejandro, es ésta: ¿Se puede establecer una caracteriología humana en función de la tonalidad predilecta? Se me puede contestar como mi necedad merece, por supuesto... Pero tengo para mí, que hay individuos de "sol mayor" absolutamente ditintos de los "fa menor", por ejemplo.

Al59 dijo...

Salud, Juan Poz. Cierta o no, comparto esa percepción. Desde la perspectiva de alguien que compone canciones, la elección del tono 'propio' viene dada de forma natural por aquel en que puedes cantar con cierta comodidad. Si además eres guitarrista, es probable que la elección venga dada también por la comodidad en la articulación de los acordes (aunque la cejilla, ese invento diabólico, nos hace tan sencillo tocar con cinco sostenidos como hacerlo con ninguno).

En cualquier caso, mi tono predilecto son dos: sol mayor y re menor. Un re menor sin la mayor séptima que resuelva en él: modal, con sabor medieval, folkie o jazzístico; con emoción, pero sin lagrimeo.