jueves, 20 de enero de 2011

El traje de reptil de la agonía


Ah, si acaso, tal vez, si todavía,
si mañana, tal vez, o sin embargo...
posiblemente sí, me quede largo
el traje de reptil de la agonía.

¡Ah, si siempre, si nunca, si de día,
si en un instante nulo, si el amargo
frescor del horizonte bajo el cargo
de nacer de la luz me desafía!

...Por más inverosímil que pudiera
parecerme después, después de ésa
y otras muchas mañanas, si mañana,

al final me estalló sin que la oyera
una risa espaciosa, una sorpresa,
y un ojo, siempre azul, en la ventana.

(Antonio Hernández Marín, 1995)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre es un placer (amargo) leer a A. Hernández.

Gharghi

Juan Poz dijo...

En mi caso lo es gozoso. Poco a poco, a través de tus homenajes, me has convertido en adicto a Antonio. Me contentaba con las semillas esparcidas, pero de hoy no pasa que me meta en la web de mi librería y encargue A palo seco y lo que se me ponga por delante. Acabo de leer un verso estremecedor: "¿Por qué te echo de menos, si yo no te quería?". Lo peor que puedo decir es que "sé" de qué habla. El soneto de hoy es una joya rítmica que me ha traído a la memoria auditiva a Paul Verlaine. Con todo, la risa espaciosa, como la "frente espaciosa" del romance sefardí, qué adentro se me ha reído, con cuánto azul de la esperanza me ha mirado...

Al59 dijo...

Me temo, Juan, que Antonio (Hernández Marín) nunca publicó su obra literaria. Su perfeccionismo no le dejaba dar por concluido ninguno de los empeños que abordó. Sólo en los últimos años, y a insistencia mía, envió un poemario a una editorial, donde no tuvieron a bien contestarle. El autor de 'A palo seco' es otro Antonio Hernández (Ramírez). Curiosamente, los dos Antonios H. se conocían y apreciaban.

Juan Poz dijo...

Tu información, gracias por ella, redobla mi interés por Marín, y espero que no tumbe el que, sólo por un verso, he comenzado a sentir por Ramírez. No me extraña que "congeniaran", compartiendo el Ramí. ¿Y cómo saber más de esa amistad literaria? ¿Y no va siendo hora de organizar una antología de la poesía de Marín para publicarla? ¿Qué ocasión mejor para rascarse los esquilmados bolsillos y editarla en régimen de suscripción popular?
Seguiré esperando su aparición en tu teclado.