domingo, 31 de enero de 2010

Romeo consiguió a Julieta


Leo estos días la obra de Shakespeare, e inevitablemente busco ecos modernos. La canción de Mark Knopfler es la más conocida, pero prefiero ésta de Lou Reed, de su disco New York (1989). Como otras veces, lo que sigue es menos una traducción que un juego poético: un metamorfo.



Romeo consiguió a Julieta

Pillado entre los astros retorcidos,
las líneas dibujadas, ese mapa
de pega que llevó a Colón a Níuyork,
a medias entre el este y el oeste
él ha venido a verla
con su chupa de cuero.
La tierra chilla, se estremece y para.
Una cruz de diamante,
pendiente y amuleto,
le ayuda a no pensar si habrá perdido
el alma cuando abrió un coche alquilado.
Lleva en el pantalón una fregona
para limpiar la mancha que ha vertido
en el balcón de su gentil Julieta.

Romeo quería a Julieta
y Julieta quería a Romeo.
Romeo quería a Julieta
y Julieta quería a Romeo.

Romeo Pérez cuadra
los hombros y maldice a Jesucristo.
El peine se desliza
por su coleta negra,
piensa en su habitación, tan solitaria,
el fregadero al lado de la cama
del que brota un olor que te noquea.
Entonces, olfatean
sus ojos a Julieta,
oye su voz que suena
igual que una campana.

Fuera en la calle humea,
los camellos de crack están soñando
con un subfusil Uzi,
hay uno que le ha dado,
Te apuesto a que le doy a esa farola
atándome a la espalda el brazo bueno,
dice el peque Juan Díaz.
Otra calada, tío,
esas capotas de suburbio
no valen un duro,
a esos italianuchos
hay que enseñarles álgebra,
el poli muerto en Harlem,
¿pillarán la indirecta?
Yo estaba de marcheta,
y vi cómo volaban
sus sesos por la acera.

Romeo consiguió a Julieta
y Julieta consiguió a su Romeo.
Romeo consiguió a Julieta
y Julieta consiguió a su Romeo.

Voy a meter Manhattan en la bolsa de basura
y escribiré en latín
estos días no es fácil que te importe algo una mierda.
Manhattan se está hundiendo como plomo
en el fétido Hudson, qué sofoco.
Han publicado un libro sobre el tema
y dicen que es como la antigua Roma.

El perfume le quema los ojos
prendidos a los muslos de la chica
y hay una luz que parpadea
durante un minuto.
Luego desaparece y eso es todo.


sábado, 30 de enero de 2010

Dos entrevistas a Agustin García Calvo


Con pocas excepciones, las entrevistas a Agustín García Calvo resultan instructivas, pero frustrantes. El periodista no suele conocer al entrevistado, o, peor, lo conoce demasiado bien: tiene formada una idea de él como personaje histórico y gloria de nuestras letras, e intenta aferrarse a ella mientras GC va rechazando sin contemplaciones los intentos de cosificarle como filósofo, literato o vip de la lucha antifranquista. A GC no le interesan las actualidades por las que el periodista le pregunta, y éste es incapaz de procesar las máximas que GC le va colando y que a veces, por falta de desarrollo, pueden parecer desvaríos o boutades.

Les traigo ejemplos de la regla y su excepción. Comienzo por lo segundo: una entrevista cómplice y despierta, recogida en la página web www.sinpermiso.info, que me brindó amablemente Aldeans (gracias) hace unos días.

Como ejemplo bastante benigno de lo primero transcribo esta entrevista, cuya gracia principal es que no estaba colgada hasta ahora en la red. Aparece en el libro de Fernando Clemente Morales Olas de mar en invierno. Monólogos y dialogos (1987-2004), publicado en 2005 por la Diputación de Badajoz, pp. 85-87.

*

AGUSTÍN GARCÍA CALVO

...se muestra en la evocación...

—Don Agustín, hay quien le ha calificado como el «hereje de nuestras letras».

—¿Un hereje literario? Hombre, espero que en alguna ocasión al menos haya sido un hereje o disidente más que literario, sobre todo, cuando me he visto en alguna ocasión como en el año 65 envuelto en un movimiento de los verdaderos herejes, que son la gente de abajo (en aquel caso los estudiantes en rebeldía en el momento de imponerse el Régimen que hoy padecemos). De manera que eso, respecto a la herejía y las herejías filosóficas o literarias, no me interesa mucho,

—¿Usted cómo se considera dentro del panorama literario y cultural de nuestro país?

—Yo, desde luego, procuro no considerarme. La figura del autor es un estorbo formidable. Es justamente lo que el aparato cultural desconoce, pero yo sí lo conozco; sé cuánto pesa la persona de uno y desde luego, por todos lo medios, procuro no incluirme en el panorama. Tampoco me dedico a lo anacoreta, al retiro, trato de meter la nariz de vez en cuando y esto es una difícil política de ten con ten, en la que me mantengo: hacer algo, tratar de hacer algo, aprovechando incluso, como en este mismo momento, algo de lo que pueda quedar en prensa o en radio, aprovecharlo, por si acaso, y calcular de tal manera que eso no implique venderme, meterme en la marcha del aparato cultural mismo, que cada vez odio de una manera más profunda y más popular.

—A mí me interesan los hombres agazapados, los que viven en su «dacha» al margen (le la plaza pública (entiéndase televisión, radio ... ) y que hablan -como es su caso- cuando deben hablar, no siempre, y que sueltan su látigo de crítica a estos tiempos.Por eso quería hablar con usted, don Agustín.

—Bueno, yo no soy ejemplo de los retirados en una dacha. No creo tampoco en el anacoretismo. No me fío nada de la opinión de uno, hay que recordar siempre lo de don Antonio Machado: «en mi soledad / he visto cosas muy claras / que no son verdad». Y por el contrario confío en lo que nos queda de pueblo y de común. En ese sentido, como te decía hace un momento, queda uno condenado a una política de ten con ten. No retirarse, no creer tampoco en el retiro de uno y al mismo tiempo intentar que las cosas que uno pueda hacer no signifiquen una venta a la Cultura y al Poder.

—¿Y por qué esa postura suya, por resentimiento? ¿Por qué? ¿Por qué no se vende usted al Régimen, a la Cultura?

—A lo que nos queda de pueblo, al corazón, al tuyo mismo, lo que te quede de corazón como a mí, no hay que preguntarle eso.El Poder es un engaño, la imposición de sustitutos de la vida, la venta de productos es un engaño perpetuo. El Poder está contra el pueblo, en una palabra, es tan claro que no hace falta argumentarlo. Y desde luego no hay ningún motivo personal. Más bien tendría que decir que me he visto con mucha frecuencia halagado por parte de algunas instancias del Poder, que por otra parte desprecio. El motivo es de más abajo, ya te digo, no hace falta preguntarlo. Es una evidencia de razón y de corazón que el Poder —y por tanto la Cultura a su servicio—, están en contra de lo que nos quede de vivo, de gente, de pueblo.

Hay un disco por el que mucha gente le conoce: Canciones y Soliloquios de Amancio Prada...

—Sí, hizo un disco con varias de las canciones de Soliloquios y luego otro que se llamaba De amor y celda. Sí, Amancio Prada ha sido dentro de ciertos círculos relativamente popular.

—¿Cómo recuerda aquella experiencia musical?

—No la recuerdo, porque estoy en ella siempre. Ahora mismo acabo de terminar en Madrid un cursillo de cinco lecciones llamado Música ex lingua, tratando de mostrar cómo la melodía, la prosodia gramatical de las lenguas, puede ser una inspiradora de músicas, o por lo menos de melopeyas —como llamo a esa especie de situación intermedia entre el habla y el canto—. Mi relación con la música ha sido, por tanto, constante desde el principio; eso me ha llevado también a la obra que estoy tratando de terminar ahora y de publicar: el Tratado de rítmica y prosodia y de métrica y versificación. Y me ha llevado también a tratar con músicos como es el caso de Amancio Prada, que lo conocí en París, y antes con Chicho Sánchez Ferlosio, del que el propio Amancio y algunos más cantan algunas melodías suyas como «El mundo que yo no viva» y algunas otras cosas por el estilo. Sí, ha sido rica y sigue siéndolo mi relación con la música.

—Canta Amancio Prada un verso suyo que dice: «Juraría que he sido feliz / una vez en la tierra...» ¿Así es, don Agustín?

—Sí. Bueno, eso es un juego que se entiende bastante bien. Tiene relación con lo que te estaba contando, de que una vida de veras no admitiría computo y por tanto tampoco registro histórico. Uno tiene una impresión, a veces, de lo que dice el «juraría», de que se ha producido eso que nunca en la realidad -compatible con la realidad- puede producirse.

—Y hay otro verso cantado en ese disco que afirma: «Sólo de lo negado canta el hombre, / sólo de lo perdido, / sólo de la añoranza, siempre de lo mismo...».

—Sí. Ese lo canta con una música del propio Chicho Sánchez Ferlosio. Es el poema con el que inicié esa primera recopilación de Canciones y soliloquios.

—¿Sólo de lo negado canta el hombre?

—Sí. Sólo de lo negado canta el hombre, es decir, de la negación de la Realidad. Para mí, eso que se llama poesía con un nombre un tanto prostituido me parece que sólo podría valer en la medida que una canción, unos versos, de alguna manera, acierten a descubrir la falsedad de la realidad. La negación de esa falsedad es de todo lo que nos es dado como positividad, por un lado, en eso de la poesía, y por otro lado en el razonamiento, en la lógica. De eso se canta, de eso se razona. La negación, el no, es lo único que nos queda de vivo y popular.

—¿Cómo recuerda usted los años 60, cuando fue expulsado de la Universidad junto a López Aranguren y Tierno Galván?

—La expulsión fue una mera anécdota histórica que no cuenta para nada. Pero en cuanto al pronunciamiento de los estudiantes en el 65 en California y en Madrid y después en Alemania, en Francia al final, es algo que lo recuerdo no como una historia, lo estoy recordando constantemente como algo vivo. Como un testimonio [de] que a pesar de toda la potencia, toda la imposición del aparato del Poder, siempre queda algo que está vivo, que se remueve y que puede, ocasionalmente, levantarse contra ello. Aquello se produjo en los inicios de la imposición de este Régimen del Bienestar que hoy padecemos, pero, por supuesto, es imprevisible en cualquier momento que pueda producirse.

—¿Aquello qué fue: un espejismo, una utopía, una realidad?

—Había por debajo algo en muchos muchachos que sentían lo que se nos venía encima, con la imposición de este Régimen, que justamente se estaba imponiendo por todas partes entonces. Había algo que sentía eso y, naturalmente, trataba de decirlo y de incluso actuar, hasta cierto punto, en contra de esa imposición. Eso sigue vivo siempre, por debajo de la conformidad y por debajo de la sumisión a este aparato.

—Pero, en general, ¿aquellas ideas no han quedado olvidadas en el baúl de los recuerdos?

—No hay ideas que valgan. Aquí no había ideas. Se puede ver bien que, incluso en los letreros más afortunados que los chicos pintaban por las paredes, no se puede decir que haya ideas: hay una negación, una denuncia de las ideas dominantes, y eso, la verdad, no puede morir. La negación no puede morir nunca porque la falsedad continúa, la falsedad de la Realidad; y por tanto, la posibilidad de decir NO de una manera o de otra está siempre ahí. No tiene sentido pensar que se trate de unas ideas muertas o de una creencia o de una utopía. Simplemente, esa posibilidad abierta de negación de la Realidad.

—¿En qué ha cambiado el Hombre? ¿O lo que ha cambiado es la Sociedad únicamente?

—Yo no creo en eso del Hombre ni de la Sociedad. Estoy contra el Hombre. Eso son ideas. Ideas acerca de la Humanidad, de la Historia de la Humanidad. Son ideas, y por tanto falsedades. Lo importante es que, aparte del Hombre y sus pretensiones de animal racional, de dominar el mundo, de destruirlo, aparte de eso queda algo de verdad a lo que aluden palabras como «lo común», «lo pueblo», que generalmente está contra esas falsas realidades. La Historia del Hombre y de la Humanidad es una tristeza, como sabes, es una serie de desgracias, de montajes, de ilusiones que han traído consigo guerras o ejecuciones, para después descubrirse en la etapa siguiente que todo aquello no valía nada y que había que inventar otros trampantojos por el estilo. ¿Para qué te voy a recordar lo que es la Historia, no? Por fortuna, todo eso no son más que ideas falsas y siempre queda algo vivo por debajo.

—Usted descree de la Democracia, del Yo, del Amor, de la Tecnología, del Tiempo, de la Historia... ¿En qué cree Agustín García Calvo?

—Bueno, creer no puedo creer en nada, por supuesto. Como soy un miserable ciudadano, igual que cualquiera, nunca me acabaré de quitar del todo los restos de la fe. Pero, por supuesto, me parece que esta labor de descreer, aunque sea interminable, es la única que merece la pena. Hay que descreer, por ejemplo, del Individuo para que yo, que no soy nadie, pueda de alguna manera vivir yo, que no soy nadie, que es cualquiera que dice «Yo»; es a lo que aludo como pueblo. Es preciso descreer del Individuo, de la Democracia, del Hombre, y éste es un ejemplo entre todos los demás. Se trata de eso, de descreer, que es una labor que nunca se termina, en la que están al mismo tiempo lo que nos queda de corazón y de razón, pero que es interminable y siempre por desgracia se sigue creyendo.

—¿Por qué le interesa tanto el lenguaje? ¿Qué atesora el lenguaje además de palabras?

—Ahí es donde está, por así decirlo, la habitación más visible, la morada más visible de eso a lo que aludo como pueblo y que no es individuos ni conjunto de individuos. En la lengua de verdad, no en la escritura, no en la cultura, no hay quien mande, no hay amo que mande, no hay Dios que mande. Es algo que hacemos así de bien gracias a que no sabemos cada uno, personalmente, lo que hacemos con todo ese artilugio complicado de la gramática y la lengua. Ahí es donde está el aliento de esa verdad que no existe, que se contrapone a la falsedad existente. Es normal que desde pronto haya sentido este amor por eso que nos queda de lengua viva, ese verbo que se encarna cada vez que viene a parar un niño a este mundo: la encarnación del verbo.

—¿Cuál es el adjetivo más acertado para calificar al Hombre?

—Falso creído.

—«Hay un misterio en esto de la memoria...» Con estas palabras inicia usted su Registro de recuerdos. ¿Cuál es ese misterio?

—Sí. Hay una memoria muerta, que es la memoria de la biografía, de la autobiografía, de la historia, regida por el futuro, que es la primera forma del tiempo vacío: la muerte (todo futuro es muerte), y frente a ella, a pesar de esa perpetua tendencia o necesidad de reducirse a tiempo vacío, frente a ella sigue algo misterioso viviendo, algo que se muestra en la evocación (por contraponerlo a la historia, al registro histórico). La evocación es con lo que he tratado de jugar en ese libro que mencionas.

—Que por cierto, ¿por qué subtitula este libro como Contranovela?

—Porque la novela se adscribe de ordinario al procedimiento de la Historia. Es decir, que el que sea ficticio el argumento no importa para nada, lo importante es que se desarrolla según las reglas de un tiempo histórico, de un tiempo medido, y por tanto, está claro que mi intento en ese libro es lo contrario: es romper con la reducción a historia de la memoria, del recuerdo.

—Cierra su Contranovela con estas palabras: « ... un libro que a gentes cualesquiera les valga de algo, no para entretenimiento ni cultura, sino para placer y descubrirniento de lo falso de sus vidas...»

—Sí. Ya lo has dicho. No lo puedo decir mejor en este momento... (Risas)... A lo mejor, si me paro a pensarlo podría mejorar la formulación, pero de momento vale.

—Y finalmente, don Agustín, ya no le canso más, ¿hay motivos para la esperanza?

—No, no. Para la esperanza en el sentido de futuro, desde luego nada. Para eso hay todos los malos motivos. La esperanza como expectativa es simplemente el tiempo vacío, desde aquí hasta la muerte. La esperanza es el trozo de tiempo vacío que se nos da en todo su peor sentido.

—Don Agustín, ha sido un placer.

—Para mí también. Saludos.


martes, 26 de enero de 2010

Ve preparando las flores


Hecho y ficción: pese a quien pese, un continuo, cuyo límite (siempre lo hay) no es un muro, sino un poro. Hoy, en algún instituto: el padre de un alumno asalvajado, marroquí en esta ocasión, se presenta ante la jefa de estudios. Ve preparando las flores, le dice. And though the news were rather sad, / well, I just had to laugh. Lorca, en su Romancero:

El veinticinco de junio
le dijeron a el Amargo:
Ya puedes cortar, si gustas,
las adelfas de tu patio.
Pinta una cruz en la puerta
y pon tu nombre debajo,
porque cicutas y ortigas
nacerán en tu costado,
y agujas de cal mojada
te morderán los zapatos.
Será de noche, en lo oscuro,
por los montes imantados,
donde los bueyes del agua
beben los juncos soñando.
Pide luces y campanas.
Aprende a cruzar las manos,
y gusta los aires fríos
de metales y peñascos.
Porque dentro de dos meses
yacerás amortajado.


lunes, 25 de enero de 2010

Tarde de agosto

Vuelvo sobre una de mis canciones favoritas: Tarde de agosto (mi amiga mejor). En realidad, he vuelto muchas veces sobre ella, encontrándole siempre nuevas vueltas. Recuerdo cuando le nació una segunda voz y Alfonso me hizo notar que era modal (te he contagiado, se rió). Recuerdo la sorpresa de Antonio ante esas dos voces que se cruzan de forma heterodoxa, de modo que la que empieza más grave acaba más alta y vicecontra. Recuerdo, en fin, oírla por primera vez con la voz mágica de Luli, llevándonosla juntos a donde siempre apuntó. Esta versión instrumental, para laúd, saxo, cello y oboe, sustituye, de momento, la versión cantada que alguna vez espero grabar (en directo o con la mesa) como es debido. Va por ustedes.

*

Edito. Sale el saxo y entra el clarinete. Entre tanto, a la canción le ha crecido una parte nueva (un breve solo, antes de la melodía cantada) que explota la ambigüedad de la armonía.

Cuándo ha de ser,
dónde he de perder
lo que más quiera.

Carne de abril,
rosa sin fin
dulce y traicionera.

Tarde de agosto,
mi amiga mejor,
baila conmigo
este buen rock'n roll.





jueves, 21 de enero de 2010

Permanezcan a la escucha


Sobre drogas es raro leer algo que no sea obvio o torticero. Le pedí a Sergi Puertas permiso para publicar aquí un texto que le leí hace tiempo. Al autor le parece hoy 'una roña total', pero me dio (gracias) luz verde. Algo querrá decir que ambos lo recordemos. Ustedes dirán.

*

PERMANEZCAN A LA ESCUCHA (Conspiracy Paranoia Shuffle)

Se hace saber: los bares cerrarán a las X:XX
mas si quieren seguir la farra en condiciones insalubres e infrahumanas
permanezcan a la escucha.

Y las siguientes drogas y en verdad la mayoría seran prohibidas y erradicadas de la calle
mas si están dispuestos a obtenerlas completamente adulteradas y a precios prohibitivos
permanezcan a la escucha.

Por supuesto todos sabemos escuchar. La pregunta es:
¿Quién radia, quién emite?

domingo, 17 de enero de 2010

Novedades del olvido


Ayer, pequeño milagro: reunión de la tribu babeliana, formada por los amigos que empezamos a reunirnos hace más de veinte años para poner en común cuentos y poemas. La dispersión que traen los años no entiende otro correctivo que el ritual: así el de ayer, versión tardía del concurso de Nochevieja, que no pudo ser este año. Novedades de ahora y esas otras que trae el olvido: cosas que no recordábamos haber escrito, pero alguien conserva en la memoria o la carpeta. Va una de éstas: un poema (también canción) de Ricardo, cuyo título evoca el Relato de amor (endecha) del maestro.

Semimediopseudoendecha

¡Ay! dulce color de las tardes de invierno
que vuelves al filo de briznas de heno
prendidas apenas sobre los cabellos
trenzados caoba que tienen recuerdo

de otros más días tal vez más alegres
que ella y yo de la mano cogíamos verdes
hojitas de hierba, de sauce y alerces
que ahora ya secas y ajadas parecen

y acaso lo estén o quizá todavía
retengan un poco de la clorofila
que solía guardar yo en ambas pupilas
y ella en sus pechos de luna crecida.

O acaso es que has vuelto para comprobarlo,
o ver si de aquello aún queda algo
que buscar en mi centro, tal vez en vano,
que salvo haya sido del sabor amargo

que en mitad de la boca deja la duda
de haber sido o no al fin la pregunta
que plena y repleta tan sólo dibuja
el olvido de ser siempre siempre nunca.

Ven y pronuncia si puedes su nombre,
conjura acaso todo lo que esconde
o para por siempre de rondar mi casa
y deja al recuerdo que habite la estancia
chiquita y ajada donde permanecen
su sombra y su nombre siempre tan verdes

(hasta el día en que en juicio se pese mi muerte.)


jueves, 14 de enero de 2010

Lluvia gris (Gymnopedie)


Todo conspira para hacer esta pieza. Mompou lleva a Satie y viceversa, y los días de lluvia, excesiva y helada, me traen a la memoria aquel viejo tema: Lluvia gris, / mi jardín / y un charco / de añil. Cuesta sacar tiempo, pero la partitura es maniática (piano, harmonio y cello) y no me deja cenar hasta que encuentro las variaciones justas. Supongo que, con el tiempo, si admiras a Erik Satie, es inevitable acabar componiendo tu propia Gymnopedie. Allá va la mía.

*

Edito para ajustar timbres y algunos detalles. Salen el piano y el cello, entran el harpa y el oboe.




miércoles, 13 de enero de 2010

Amor loco


Sacralizar lo erótico, erotizar lo sacro. A nuestros ojos, tan distantes, la poesía de Petrarca y la de aquellos santos que vertían a lo divino las coplas de amor mundanas son dos caras de una misma fiebre platónica. Frente al reduccionismo (¿Lo sagrado? Apenas esto), la respuesta siempre oportuna, hoy con acento nuevo (¡Nada más sagrado que esto! Aquí comienzan los reinos de lo instantáneo. Es necesario llamar a la puerta del torbellino.)

martes, 12 de enero de 2010

Ecos de España


Escribe Javier Cercas en El País Semanal que uno acaba dándose cuenta de que el pasado no pasa nunca, que el pasado es el presente o la materia de la que está hecho el presente y que, nos guste o no, nada de lo que somos se entiende sin la guerra civil porque la guerra civil es nuestro mito fundacional. Estoy de acuerdo. Tanto que yo lo escribí antes. Es lo que tiene el eterno retorno.

lunes, 11 de enero de 2010

Hay otras semanas (pero están en ésta)


Hoy empieza de nuevo el curso escolar. No se me ocurre mejor forma de celebrarlo (¿o conjurarlo?) que agradeciendo la generosidad de Rafa, Jesús, Xavipop, mi tocayo Vázquez Ortiz, Hernán, Luli y los amigos anónimos que han ido dejando en los comentarios propuestas alternativas para la semana pop. Aquí van todas, ordenaditas, para disfrute de quien sepa navegarlas. Quedan huecos, por si alguien se anima; y añado también algún extra (de orégano). Un abrazo a todos.

(Actualizo al final del día. Gracias a todos por las nuevas aportaciones, que quedan subidas. He integrado también en la lista las que propuse en las entradas: así tenemos toda la información junta. De momento, como era de esperar, gana el fin de semana por goleada; pero algunas de las más interesantes están en días menos llamativos.)

Lunes

1. Los lunes de octubre (La fuga)
2. Lunes otra vez (Sui Generis)
3. Blue Monday (New Order)
4. Manic Monday (Bangles)
5. Monday, monday (The Mamas & The Papas)
6. Sunday Mondays (Vanessa Paradis)

Martes

1. Martes (Mimi Maura)
2. Tuesday's Gone (Lynyrd Skynyrd)
3. Tuesday (The Durutti Column)
4. Ruby Tuesday (Rolling Stones)
5. Ruby Tuesday (Franco Battiato)
6. Ruby Tuesday (Melanie)
7. Tuesday Afternoon (Moody Blues)

Miércoles

1. Tetarti vrady (Tania Tsanaklidou)
2. Tetarti vrady (Alkistis Protopsalti)
3. El gran miércoles (Migala)
4. Wednesday's Child (Emiliana Torrini)
5. Wednesday Morning 3 A.M. (Simon & Garfunkel)
6. Blue Wednesday Speaks (Abstract Truth)

Jueves

1. Thursday's Child (David Bowie)
2. Thursday's Child (Chameleons)
3. Thursday's Child (Tanita Tikaram)
4. Jersey Thursday (Abstract Truth)
5. Thursday Morning Waking (After the Ice)
6. Thursday (Holden)

Viernes

1. Friday's Child (Nancy Sinatra)
2. Friday on my Mind (Easybeats)
3. Viernes 3 A.M. (Fito Páez)
4. Canción de viernes (Cooper)
5. It's Friday I'm in Love (The Cure)
6. Black Friday (Steely Dan)
7. Get 'Em Out by Friday (Genesis)

Sábado

1. 10:15 Saturday Night (The Cure)
2. Saturday (Yo La Tengo)
3. Sábado (Christina Rosenvinge)
4. When Saturday Comes (The Undertones)
5. Sat'day Night In The City Of The Dead (Ultravox)
6. Come Saturday (The Pains of Being Pure At Heart)
7. Sabbath Bloody Sabbath (Black Sabbath)
8. Sábado a la noche (Moris)
9. Saturday Maybe (Incredible String Band)
10. On a Saturday (Keith West)
11. Saturday Sun (Nick Drake)
12. Book of Saturdays (King Crimson)

Domingo

1. Sinnefiasmeni kiriaki (Vasilis Tsitsanis)
2. Sunday Bloody Sunday (U2)
3. Sunday morning comin' down (Johnny Cash)
4. Sunday Girl (Blondie)
7. Hoy es domingo (Toreros Muertos)
8. Domingo en mi ciudad (Loquillo y los Trogloditas)
9. Blue Sunday (The Doors)
10. Sunday Papers (Joe Jackson)
11. Sunday Morning (Velvet Underground)
12. Sunday (Nick Drake)
13. My Sunday Feeling (Jethro Tull)
14. Ta pediá tu Pireá (Never on Sunday) (Melina Mercuri)
15. Sunday Song (Incredible String Band)

sábado, 9 de enero de 2010

Semana pop: sábado

A vuelapluma, pero ahí vamos. El sábado es uno de los días más poblados. Acerco tres de entre tres mil, probablemente. (Más o mejor en los comentarios.)







jueves, 7 de enero de 2010

Semana pop: jueves


El jueves es otro día sin canción célebre, lo que tiene sus ventajas: uno se pone a rastrear y van surgiendo las sorpresas. Traigo tres: una canción de Donovan arreglada por el grupo de rock sudafricano Abstract Truth (que ya aparecieron ayer: el descubrimiento de la semana); otra de un grupo indie inglés, After the Ice, en homenaje a las víctimas del 7/7 (su 11-M); y una, al fin, del grupo francés Holden. Bon appetit.



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miércoles, 6 de enero de 2010

Semana pop: miércoles sin ceniza


Siendo el patrón tan pinturero (Hermes, nada menos), uno esperaría más de los miércoles. Sin embargo, han dado poco de sí. Conocía el título (no el sonido) de una de las canciones de Simon y Garfunkel: Wednesday Morning 3 A.M., y está bien (me pareció de primeras sosa, pero cada vez que la escucho me va ganando; la maestría de las voces impresiona). Al final, la que más me gusta es esta rareza, fuera de catálogo. Abstract Truth: psicodelia sabrosa, con saxo y órgano santanero, desde Sudáfrica (!).




Semana pop: martes rubí


Ayer martes fue un buen día. Ensayo maratoniano y concierto en el Rincón del Arte Nuevo, el mejor de los últimos años. La apuesta era arriesgada (guitarra eléctrica, bouzouki, bajo, saxo y flauta) pero todo sonó a tiempo y acordado. Reaparecieron, y cuán a tiempo, muchos amigos del alma: Alejandro el Maño, David, Ana Leal, Javier... Como aconseja la canción: Guarda horas felices / en lo más profundo de ti. Ayer cayeron unas cuantas.

*

Martes es, por etimología, día aguerrido; la sinestesia no lo desmiente, pero aporta matices. Es un caso curioso de palabra formada por dos sílabas paralelas pero en vivo contraste. El nudo de la palabra es ese rt, ritmo roto, de pie quebrado, pero ritmo al cabo. El refranero aconseja no casar ni embarcarse, creando así el reto: quien no se arriesga, no pasa la mar- (del martes) ni descubre sus tes-oros.

No se casa con nadie, desde luego, Martes Rubí, la dama legendaria de los Stones (en las noches profundas / fuimos aventureros: / la ventana enrejada / de la dama de fuego...).

La canción, magnífica, ha buscado sus intérpretes: Melanie y Battiato, para empezar. Vaya el original, pero también las pistas.





*

Bonus track: Tuesday Afternoon.

lunes, 4 de enero de 2010

Semana pop: lunes

Un saludo a Montano: un poeta de domingo con conciencia de lunes.

Cuando comencé este blog, en diciembre de 2005, dediqué una serie a cada día de la semana. Después, he vuelto a hablar de ellos (y de los meses) alguna vez. Esta semana, que tendrá lo suyo (mañana, por lo pronto, concierto), me apetece volver sobre el tema y recuperar algunas de las grandes canciones que se han escrito sobre cada día.

Por razones obvias, el lunes no tiene buena prensa. Su eterno retorno evoca la noria donde el burro se desnorta o, peor, se orienta: Nunca se puede saber / lo que va a ocurrir mañana, / salvo que al fin de semana / sigue el lunes otra vez, cantaban Radio Futura. Más lúgubre, escribía el joven Savater que el estado se inventó un lunes: el mismo lunes que se inventaron los lunes.

Todo canto al lunes tiene, pues, algo de exorcismo. Como nada está bien atado, incluso un lunes puede pasar cualquier cosa: amoríos, sorpresas, descubrimientos. Las dos canciones que me vienen a la mente son tan buenas que declino elegir. Ambas hablan de esos lunes sin calendario.

(Ojo también al bonus track. Y los que vengan: Bob Geldof, Lunes de Hierro, Los Lunes y hasta Los Lunis, si me descuido.)





viernes, 1 de enero de 2010

I'm Just a Fool

Siempre he preferido los cuentos de Cortázar a Rayuela. Por lo mismo, Iván Zulueta (que acaba de morir, casi con el año) no es para mí el director de Arrebato, sino el de 1, 2, 3, escondite inglés (1969), nuestra única película pop. Mi secuencia favorita está colgada en otra entrada; pero ésta podría ser mi segunda opción. Un abrazo a todos y feliz año.