jueves, 18 de marzo de 2010

No bailes rock'n roll en la cecepé


De nuevo, Teognis de Mégara.

*

No hay cachivache de la LOGSE que no tenga un nombre bárbaro, parasoviético. Así la Comisión de Coordinación Pedagógica, que es en realidad una reunión de los jefes de departamento con el director del instituto. La instrucción que nos han trasmitido hoy los mandos locales, caída de los que saben, es gloria bendita: de ahora en adelante, todo el mundo tendrá su título de secundaria, llueva o escampe. Si no consigue terminar la Enseñanza Secundaria Obligatoria «normal», irá a parar a un PCPI (Programa de Cualificación Profesional Inicial), una suerte de introducción rudimentaria a la Formación Profesional; y si ni por ésas, a una Escuela de Adultos. Inútil objetar que un título que todo el mundo tiene, sí o sí, pierde cualquier valor, rebajándose en la práctica a un Certificado de Estudios. Y aun eso es decir demasiado: vista la tendencia a titular con tres suspensos, y subiendo, habrá que dejarlo en Certificado de Matriculación. Esto y la escolarización obligatoria hasta los dieciocho son los nuevos singles del pop ministerial. Irresistibles.



(Pero no hay Dios ni hay ley que a contradanza
no se puedan bailar: tu muerte es tuya;
tu no saber es toda tu esperanza.)


8 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido AL, la "Conjura de los necios" avanza imparable en éste país para convertir a los chavales en una masa de memos, con la inestimable ayuda de la telebasura que ya ha criado a una generación de adolescentes. Así que en ayuda de las autoridades T5 amplia la duración de "sálvame" ¡a 4 horas diárias!, un detallazo.
D.

Al59 dijo...

Más circo, sí. Qué contraste con la frivolidad inteligente de Berlanga y Alaska. Y qué buena gente se les ve en la breve entrevista. A su manera, esta canción es a la música disco lo que el himno de Madrid que hizo García Calvo es a los himnos al uso (o Cervantes a las novelas de caballerías, o Polanski a las pelis de vampiros en su Baile...).

Gharghi dijo...

No se lleva estudiar, ni bailar, ni beber... ¡juguemos a la videoconsola y veamos la tele! (Lema de generaciones presenta y futuras si esto sigue así).

Juan Gálvez dijo...

¡Joder! Siempre das en clavo.

Al59 dijo...

Espero no haberme equivocado de tabla. :)

Joselu dijo...

Mi mujer es coordinadora de un PQPI de los que citas (es sustituta de media jornada, pero trabaja casi todos los días hasta las dos o tres de la madrugada). No es un mal invento para el que quiera aprovecharlo. Desde luego que en su planteamiento (es muy dura y exigente consigo misma y con sus alumnos. Ya quisiera tener yo su misma mala leche -la quieren, no obstante-)no está el de aprobarlos a todos. Sólo logrará promocionar el que se lo trabaje y no poco. Un PQPI bien llevado es una interesante posibilidad. Lo veo en directo. Un cordial saludo.

Al59 dijo...

Querido Joselu: no tengo sino respeto, y a menudo admiración, por los compañeros que se las ven a diario con esos chavales. Dicho eso, me pregunto qué mensaje reciben unos chavales que, en muchos casos (no digo que siempre), después de suspender todo lo suspendible y consumir en amonestaciones una considerable masa arbórea ven que no sólo no se les expulsa como un cuerpo extraño, sino que el sistema les hace un huequito a su medida, amoldándose a sus intereses, procurando molestarles lo menos posible y ofreciéndoles a precio (de esfuerzo) más bajo el mismo título que a otros compañeros les cuesta Dios y ayuda. No me extraña nada que se sientan parte de una extraña nobleza, privilegiada, inmune e impune. Y que actúen en consecuencia.

j. dijo...

A mi me parece que esto, en parte, es una consecuencia de la crisis del trabajo. No hay en qué emplear a tal cantidad de 'recursos humanos', que sin embargo tienen que producir dinero, y se los procura mantener artificialmente en las aulas hasta los 23-25 años, unos en carreras que sí son necesarias, pero otros en fábricas de parados de larga duración, formados mentalmente mucho antes al consumo que a la producción. Una consecuencia de esto es que los propios chavales crean que las cosas se arreglan apretando un botón o comprando 'lo que haga falta' y también que perciban que 'no se les necesita', y así en lugar de madurar a jóvenes adultos que asumen responsabilidades se quedan en perpetuos adolescentes rebeldes o en obedientes niños grandes.

Dicho de otro modo: si el sistema realmente formase a los jóvenes en condiciones, estos, al llegar al mundo adulto y encontrarse con todas las salidas laborales cegadas, harían un revolución. Pero la consecuencia de como se están haciendo las cosas será lo que bien cuenta la viñeta.