miércoles, 13 de enero de 2010

Amor loco


Sacralizar lo erótico, erotizar lo sacro. A nuestros ojos, tan distantes, la poesía de Petrarca y la de aquellos santos que vertían a lo divino las coplas de amor mundanas son dos caras de una misma fiebre platónica. Frente al reduccionismo (¿Lo sagrado? Apenas esto), la respuesta siempre oportuna, hoy con acento nuevo (¡Nada más sagrado que esto! Aquí comienzan los reinos de lo instantáneo. Es necesario llamar a la puerta del torbellino.)

3 comentarios:

Rafael Herrera Montero dijo...

Confundido Juan de Tassis en su propio platonismo:

Amor no es voluntad, sino destino
de violenta pasión y fe con ella;
elección nos parece y es estrella
que sólo alumbra el propio desatino.

Milagro humano en símbolo divino,
ley que sus mismas leyes atropella,
ciega deidad, idólatra querella,
que da fin y no medio a su camino.

Sin esperanza, y casi sin deseo,
recatado del propio pensamiento,
en ansias vivas acabar me veo.

Persuasión eficaz de mi tormento,
que parezca locura y devaneo,
lo que es amor, lo que es conocimiento.

Joselu dijo...

Hoy sólo puedo pensar en Haití. Un abrazo.

Al59 dijo...

Contradiciendo su apodo, qué enorme Villamediana.