sábado, 12 de diciembre de 2009

Diciembre sabe a chocolate blanco


Por Navidad
a ver qué tal envuelves
la realidad,

escribí hace tiempo. Conviene no olvidar, de todas formas, que la realidad misma es un envoltorio (o un embolado).

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Hoy, vía Wikipedia, he pagado un tributo de gratitud a Fergus Hall, el creador del Tarot de 007 o Tarot de las brujas, que me acompaña desde crío (3 años tenía cuando salió a la venta como parte del merchandising de Vive y deja morir). La película en sí me deja tan frío como el resto de la serie Bond, pero es notable que en torno a ella giren tan buenos planetas: el Tarot de Hall y la sintonía compuesta por McCartney.



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Si se hiciera una lista de los damnificados por la Verdad, los obsesos de la ficción ocuparíamos un puesto importante —sólo unos puestos por debajo de quienes han creído que la Verdad les acompañaba y han despertado (o no) demasiado tarde, a solas en la intemperie.

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Con ustedes, Trapiello y su larga nariz de madera.

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