sábado, 25 de abril de 2009

Farolitos


Curiosa ventura la mía: ser arte y parte de Ciento Volando, ese célebre grupo de culto sin culto. Un grupo desagrupado que, si no por centenario, ha cumplido sobradamente, por volandero, la promesa del título. Son casi veinte años y no acaba de morir CV; ni de vivir tampoco, con los titulares de viaje o dispersos por mundos que sólo a veces coinciden. Es lógico que un grupo así, además de un disco publicado pero nunca distribuido (Por amor a lo que venga, 2000), tenga, más que maquetas, atisbos. Va uno de ellos.

Tan poco tan vacía (Farolitos) es criatura de Luli. Hermana de La canción oscura (Hoy toca), estuvo a punto de entrar en el disco, pero una semana de grabación no dio para tanto. Canta y arpegia Luli. Dani ideó el carrusel de flauta del comienzo (que, extrañamente, sigue escuchándose después de apagarse), y el que suscribe, la segunda guitarra.



Tan poco, tan vacía,
tan llena de este sentimiento loco que me guía
a tu ventana
abierta y sin cortinas.
Rezuma primavera, explota
tu imagen en mi boca.
Como un beso
de incienso y agua fría,
así son mis días.

Me pierdo en una acera,
se queman mis zapatos que aún te esperan.
Me confundo,
la niebla no me deja ver de dónde cuelga ahora tu mundo
de cartones, yogures y ocasiones para imaginar.

Una canción de despedida
no es más que desangrarse por el hueco de tu vida,
quién diría,
por mucho que lo intento,
yo te mato y no estás muerto,
apareces
por una esquina rota
con una flor en la boca
y un adiós.

Cada día
me acuesto con mi cara de perdida.
Me despierto,
por un momento
creí sentir tu cuerpo.
Mataría
por sentirte tras la oreja,
por tocar tus manos viejas.

Los candiles,
quinqués y farolitos te persiguen,
tanta lumbre
y yo rogándole a mi boca
que acostumbre
a reír sin que resuene
la tristeza entre los dientes
ni en mis lados tu color.

Una canción de despedida
no es más que desangrarse por el hueco de tu vida,
quién diría,
por mucho que lo intento
yo te mato y no estás muerto,
apareces
por una esquina rota
con una flor en la boca
y un adiós.


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