miércoles, 25 de marzo de 2009

Quién maneja mi barca


Tiene que doler que te tiren por tierra una cosa tan bien hecha. Años después, contaba Remedios Amaya que mientras grababa Quién maneja mi barca toda su ilusión era bajar a la panadería a comprar una palmera de chocolate. Yo la entendí perfectamente.

El problema de los tiempos y las modas es espeso. Cuando se grabó esta canción ya habían sucedido Smash, Triana, La leyenda del tiempo y las Grecas. Es verdad que el arreglista forzó un poco las cosas introduciendo una caja de ritmos, que envejece el tema sin darle a cambio un 'aire de época' estimable. Pero todo lo demás es un acierto: la letra minimalista, que podría ser tradicional; el bajo que insiste en las notas menos obvias; y la voz fresca, sin aditivos ni manierismos, de Remedios.

Si recuerdo bien la entrevista, después de la catástrofe eurovisiva Amaya pasó años y años de silencio obligado, hasta que el tiempo la separó de una discográfica que no quería publicar nada suyo, pero tampoco dejarla libre. (Pues sí: diez años, que se dice pronto: 1984-1994.) Después, por fortuna, le ha ido estupendamente.




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