viernes, 17 de octubre de 2008

Danza de cortar cabezas


Cabezas de ajo, por ejemplo. Breve e intensa (43 segundos), esta danza podría ser obra de mi buen amigo Alfonso, cuyo estilo recuerda —y quizá fue él quien la tituló así. Por entonces (los primeros 90) andábamos todo el día tocando música modal, que tiene entre otras virtudes la de llevarte, por un rato, lejos de la modernidad y sus fastidios. Alfonso tenía tan interiorizada esa música que nunca sabías si lo que tocaba era invento del siglo XII o de esa misma mañana. Yo me inclinaba más por hacer pop (puro pop) con sabor modal, pero hice algunas incursiones en ese estilo atemporal. En nuestro particular concurso por sonar tan arcaico y anónimo como fuera posible, creo que ésta la gota que llegó más lejos (casi hasta el Epiro). Hace dos años tuve la suerte de tocar la pieza con Roshaim Abou-Assaei Rodríguez, una violinista extraordinaria, que captó a la perfección el aire de la pieza. Por desgracia, no grabamos su interpretación. Esta versión es la partitura misma (Monsieur Midí, pianista mecánico) —pero suena con nervio. ¿Me acompañan?



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