sábado, 10 de febrero de 2007

¿Quién contó las olas de la mar?


¿Quién contó las olas de la mar?
¿Quién le puso números al sueño?
Por tener lo que volaba,
llenó su jaula de pájaros muertos.
Por tener lo que soñaba,
su sueño trocó por joyeles de hielo.

Ése fue el rey Midas de los frigios,
que una vez, se dice, halló en su huerto,
medio asno, sudoroso,
peludo todo, borracho, a Sileno;
y lo ató con correyuelas
en flor y con hiedras llevóselo preso.

Pero luego al padre Dïoniso
le entregó su bruto tembloriento.
Conque el dios, en su sonrisa
le dijo: «Elige qué quieres en premio».
Y él pidió: «se trueque en oro
sin más cada cosa que toquen mis dedos».

¿Quién dirá los días que ha vendido?
¿Quién es quien las rosas puso a rédito?
Por saber lo que tenía,
perdió tesoro sin cuenta ni dueño.
Por saber lo que soñaba,
en mármol y nombre volviósele el sueño.

Ésa fue la blanca niña Alma
que por celos de la misma Venus
hubo de tomar esposo
sin nombre, y nunca tenía que verlo.
Cada noche la abrazaba
y el gozo era sombra florida de besos.

Pero no bastó lo mucho y tanto:
todo quiso Alma, todo el tiempo;
y una noche que él dormía,
sacó la antorcha, la alzó sobre el lecho:
era Amor: su nombre supo;
lo vio y lo perdió: era amor, era ciego.

*

Mi poema favorito de AGC: un coro de la obra Baraja del rey don Pedro, que fue reconocida con el Premio Nacional de Literatura Dramática 1999. Como el propio García Calvo reconocería, el reconocimiento de los culturetas oficiales no es buen síntoma: y, efectivamente, tiene dramas mucho mejores, como Rey de una hora. El coro, sin embargo, trasciende la obra en la que aparece (quizá por eso, en la representación que yo pude ver en la Abadía, Gómez y Co. optaron por saltárselo, o casi).

*

Estupenda entrevista en Caminar Conociendo.

5 comentarios:

j. dijo...

Qué bueno. No sé si lo entiendo bien, pero me rechina el final; no la música sino el concepto. No sé cómo explicarlo... ahí encajaba el tema de Orfeo, como variación: en el mismo instante de verlo-poseerlo, perderlo. Quedar la cosa, lo físico, y perder la esencia, el alma (pero el Alma es ella, la curiosa...). En fin, que me lo tengo que rumiar varias veces. :)

(Ahora bien, y aunque sé que el mío es un caso de clara afinidad electiva, la imagen de la jaula con los pájaros muertos me parece magnífica: representa lo que se dice el llover sobre mojado.)

Un saludo.

Anónimo dijo...

Por continuar con el coro de 'Canción del Rey de Copas'

Unos dicen que la salud,
otros dicen que el dinero;
los hay que dicen que el amor
es lo primero.
Pero yo digo que el olvido
vale más que todos ellos.


El que tiene salud, no lo sabe,
y si lo sabe, está enfermo.
Si cuentas que tienes amor,
tu amor es ya sólo cuento.
Y el dinero no compra
ni amor ni salud:
sólo compra dinero, dinero.


Pero el vino del olvido
a todos los lleva de vuelo,
salud cuidadosa,
mentira de amor,
números de sueño.


Alarga la copa,
compañero:
bebe ilusión, que lo otro
no es más verdadero.
¿Para qué lo duro?
¿Para qué lo serio?
Que el vino nos haga olvidar
las penas de amor
y la guerra y el tiempo.

Editorial Lucina dijo...

Hola, ¿por qué no funcionan los enlaces de aquí y acá? un saludo

Al59 dijo...

¡Salud! Me temo que el servidor que alojaba esos archivos ya es historia. Pero vamos, no había allí nada que no esté, más completo y mejor, en el Baúl de las Trompetillas.

Al59 dijo...

Elimino, pues, el párrafo, que ya no tiene sentido.