martes, 12 de septiembre de 2006

La voz de los elfos


Anglosajones: no hay quien los detenga. Tienen ideas tenaces sobre la poesía y su relación con el arte musical y no les falta un micro, caja de resonancia por la que despeñarse. No intenten imaginarse a Juan Ramón Jiménez o Luis Cernuda (recitadores galanos) arriesgándose a tanto. Hasta García Calvo, capaz de poner voces distintas a cada personaje de una comedia, deja a otros la tarea de musicar sus textos. El viejo profesor, no. Con dos bemoles.

La canción en tres versiones: recitada por Tolkien, musicada y cantada (en emotivo low-fi ) por el maestro y en versión, más aliñada, de Donald Swann.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Q bonita la tercera version-muy hipnotica. Las otras 2 aunque las escuches con devocion,agotan.Voy a la isla de Avalon el sabado, donde se cree que reposan Arturo y Ginebra-quieres algo de alli?
Soy dilecta

Anónimo dijo...

Así son las cosas, unos pueden y otros no.

http://elsexodelasmoscas.bitacoras.com

Al59 dijo...

Yo creo que sólo la segunda es para frikis tolkienianos (like me). La primera (el recitado) es pulcra, y la tercera, la de Swann, un acierto completo (con ese piano exacto, como de Oliver Messiaen). Suerte en Ávalon, dilecta: y saludos a la reina, tan desleal como inolvidable.