lunes, 22 de mayo de 2006

Tarea del pagano desterrado


TAREA DEL PAGANO DESTERRADO
(Fernando Savater)

En nuestra añoranza de la Edad de Oro, en nuestro destierro, nos la imaginamos como la época del dominio de los dioses en el mundo; en aquel entonces, el tiempo era cíclico y los momentos cumbre —epifanías de un dios terrible o enamorado— volvían sin cesar, traídos y conmemorados por el mito y el ritual, aún no disociados. A la comunidad perfecta de los dioses correspondía la impecable comunidad de los hombres, unidos en el mito y el ritual. Hubo una caída, cuyo motivo no podemos conjeturar más que muy malamente, pero que se puede describir así: los mitos se separaron de los ritos, la comunidad perdió su fundamento impecable, los dioses concretos comenzaron a borrar sus perfiles en un Dios abstracto. Fue el comienzo de la abstracción, del logos, del monoteísmo. Nació el Estado y los hombres adquirieron nombre propio; el tiempo comenzó a correr linealmente, hacia adelante: a la huída del paraíso se le llamó historia. El Señor dividió para vencer: y opuso el individuo a la sociedad, el trabajo al ocio, la teoría a la praxis, lo mío a lo tuyo, el hombre a la mujer, el alma al cuerpo, el amor al deseo, la muerte a la vida... Por fin, tras insinuarse durante largo tiempo, tras combatir el recuerdo de la Edad de Oro hasta trastocarlo y convertirlo en proyecto, el Dios abstracto se consideró lo suficientemente fuerte y se proclamó Dios Único; y los demás dioses, al oírle, murieron de risa. Se instauró la necesidad de creer, para fundamentar aún más el olvido de los otros dioses: nació la conciencia, el dentro y el fuera, la asediada ciudadela de la subjetividad. El Dios Único varió con hábil frecuencia de nombre: fue Naturaleza, fue Hombre, fue Espíritu Absoluto, Estado... Venerarle se llamó en ocasiones rezar, otras veces poesía, no infrecuentemente ciencia, como suele reiterarse en la modernidad. Pero a través de la duradera pesadilla de la historia siempre hubo réprobos que se negaron a unirse al coro de alabanzas, que se negaron a aceptar la disociación como necesaria e insistieron en el irreconciliable dolor de los contrarios; que añoraron, vagamente, la danzarina caterva de los dioses muchos. Así rechazaron toda reconciliación, el futuro, el progreso, el saber que acepta y aprueba lo que hay: su excesivamente buena memoria les dejó solos y acabó con ellos. Sólo nos quedan las briznas conmovidas de sus blasfemias y la inevitable biografía de su despedazamiento.

Aquí y ahora, el pensamiento negativo no acata el monoteísmo, ni quiere superar sino mantener viva la contradicción de la cosa. Se niega a producir nuevas teorías positivas que colaboren a sustentar la positividad del espectáculo vigente. Si aventura algo que no sea puramente crítica, no lo hace a modo de saber al que hay que conceder fe, sino como simple cuento (mito) que basta con escuchar y que quizá se haga recordar por la fuerza de su propio estilo. No podemos ser, aquí y ahora, politeístas, porque el mito de los dioses exige realizarse en el rito y la comunidad, no como creencia individual. Pero renunciando a convencer, a predicar, a establecer sobre firme base teórica lo que hay; limitándose a recensionar los avatares de una desdicha, las fisuras en la pretendida solidez vigente, a cantar la fiebre demoledora de anhelos desconocidos, a dar voz a lo que por decreto u olvido no puede tener voz.... se conserva de algún modo la imagen viva de la perdida Edad de Oro, cuya recuperación no puede ser ni consecuencia ni proyecto ni superación del Estado presente, sino su despertar del sueño monoteísta.

[FS, Papeles de Son Armadans 227 (1975): 95-7]

10 comentarios:

Anónimo dijo...

También el politeísmo antiguo llegó a ser monoteísta sin romperse ni dejar de ser politeísta. Distingo dos monoteísmos:
1)El monoteísmo filosófico, propio del politeísmo avanzado. Monoteísta es el Hinduismo; lo fueron también los antiguos egipcios (acuñaron la fórmula de 'El Uno que se hizo millones de dioses'); como también lo fueron Platón y Aristóteles; y como lo fue el paganismo tardío de poco antes la gran persecución.
2)El segundo es el llamdo por mí monoteísmo político, el monoteísmo como dogma de estado. Se trata de las tres grandes religiones monoteístas. Su consecuencia es la Sta. Inquisición, la fatwa, la persecución, la condena, la violencia, etc, etc...
El primer monoteísmo es el de la libertad de conciencia y de creencia. Libertad (sin utopismos: también el paganismo era norma social; pero siempre fue permeable a otros paganismos).
La obra del segundo es todo aquello que en nuestro mundo nos repugna. Y todo aquello que en nuestro mundo nos merezca la pena procede del antiguo paganismo, imposible de desterrar: la ciencia, la filosofía, la razón, los derechos humanos, los valores éticos.
Yo lo veo así. Y perdonad que, en lo tocante a este tema (que me hiere profundamente) asuma este tono tan traumático. Y veo que el texto citado de Savater no lo es menos que éste. Nos duele a todos.
saludos

Grifo

Anónimo dijo...

Más que los teísmos, me ha interesado su relación con la transformación de la organización suprafamiliar en tribus a la organización tribal en estados. El estado como organismo, artificial, creado, pactado. Y el cambio del tiempo cíclico al tiempo lineal. Eurocéntricamente el progreso.

Anónimo dijo...

Al, entonces (1975) no leíamos en Savater lo bien que escribía.

Al59 dijo...

A mí (que me eduqué con sus libros) siempre ha sido lo que más me llamaba la atención. Hay otro texto del joven Savater que orienta de hecho en esa dirección: lo que nos convence de los grandes filósofos es su altura literaria. Veo, por cierto, que hay un tomito descatalogado del Savater del 75: Escritos politeístas. ¿Incluirá esta joya? ¿Alguien lo ha leído?

Al59 dijo...

A mí incluso ese monoteísmo (o henoteísmo) pagano me da cierta mala espina. Platón, tan admirable en sus diálogos tempranos, es también el legislador tramposo de la República y Las Leyes, un verdadero Mustafá Mond de las Atenas. Un Dios único conduce de forma natural a una sola manera correcta de hacer las cosas. Puestos a pecar por exageración, prefiero el lado opuesto, esos dioses que el filólogo llamaba 'del abrir y cerrar de ojos'. El dios Siesta, la diosa Aceituna, los dioses de aquella playa de Cuchía (y no de otra) donde ella y yo nos revolcamos hace ya veinte años. Tal y como yo entiendo (siento) lo sagrado, una letanía de esta especie está mucho más cerca de 'lo santo' que el Motor Inmóvil y todos sus gasolineros.

Al59 dijo...

Van dos 'a mí'. Uno más y a casa (como cuando sacas tres seises...).

Anónimo dijo...

Confesaba un día el anfitrión la oblicua satisfacción de tener pendiente todo el cine de Bergman: el festín que le esperaba, venía a decir.
Me copio el plan para Savater. No he leído ni un solo libro suyo, pero debo a Al el gusanillo que me viene royendo. Si lo de hoy es representativo, me lo voy a pasar chévere. El tema recurre machaconamente en los ensayos de Octavio Paz, era el preciso basamento de su poética, aunque (¿lo diré?)… ¡nunca tan bien escrito! Qué texto espléndido. Cuando el asunto fascina de suyo, la música de la prosa es la bola extra. (Ese alejandrino: ‘la danzarina caterva de los dioses muchos’!)
Le leí un día al LSA (blog de AE) que en el haiku perfecto cabría entero Proust. Eso de ‘las briznas conmovidas de sus blasfemias’ también llama a exagerar: me vale por todos los tomos vertidos sobre los gnósticos, hala. Cuántos ecos... Pero si asoma hasta el Lezama de ‘La cantidad hechizada’, justo aquí: ‘limitándose a recensionar los avatares de una desdicha’.
Un saludo a todos, siempre un placer leerles.

Al59 dijo...

Qué cosas. La danzarina caterva de los dioses muchos es una expresión curiosa, que huele arrebatadoramente a H. P. Lovecraft. No la encontraríamos en un filósofo que no fuera el joven Savater, para quien Spinoza y los mitos de Cthulhu suponían cosmologías igualmente atendibles.
Por cierto que, digan lo que digan, Savater después de La tarea del héroe es como Elvis después de la mili —sí, pero mucho menos. La primera etapa, en cambio, es la fusión perfecta entre García Calvo y el neopaganismo.

Anónimo dijo...

Al: no creo que el monismo inmovilista sea problema del paganismo avanzado (gnósis) sino todo lo contrario. Puede verse como pluralidad organizada. Tal organización es el código que nos permite leer las manifestaciones de los dioses plurales. El monismo es, más bien, un mal momento de Platón, que debía de tener complejo de ser platónico.
saludos

Grifo

Anónimo dijo...

(A mí) me ha recordado a los textos que leí hace muuucho de Marvin Harris; como literatura, no antropología, resultaban fascinantes, seductores. Algo así me ha pasado con éste de Savater que, no teniendo base para rebatirlo ni para secundarlo, uno se lo lee en una suerte de encantamiento.

Me ha gustado el plan de pensiones que se han preparado. :) Yo también dejo cosas -películas y músicas sobre todo- de manera consciente para más adelante. ¡Eso es optimismo!

Un saludo.